Foto: El
Comercio. En la Escuela Politécnica.
Gastón Guerra imparte su cátedra de
ingeniería química
a los estudiantes de octavo semestre.
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Desde hace 40
años, cuando se graduó de la universidad, ese ha sido su segundo hogar. Ha
viajado por el mundo, ha estudiado y trabajado para empresas en la misma rama
que imparte sus clases y fue inspector de armas químicas en la Organización de
las Naciones Unidas. Pero hasta febrero, él y otros 27 de esa institución
superior deben dejar la cátedra.
Eso lo
entristece. Dice no saber con exactitud qué hará luego del 31 de diciembre. Esa
fue la fecha límite que el Reglamento de Escalafón y Carrera del Docente
Universitario estipula para que los maestros de 70 años renuncien
voluntariamente.
Los alumnos
de Guerra esperan ansiosos con sus portátiles su llegada, a las 14:00. “Es uno
de los mejores profesores de la carrera”, dice Daniel Ramos, estudiante.
Para
mejorar la Educación Superior, el Régimen exige un PhD a los docentes
titulares. Según estadísticas del Sistema Nacional de Información de la
Educación Superior, actualmente un 2% tiene PhD, es decir 776 maestros de
alrededor de 38 800 a escala nacional. Un 40% tiene licenciatura u otro título
de tercer nivel.
La decisión
del Consejo de Educación Superior (CES) fue que hasta el 2017, los catedráticos
lo obtengan o se retiren con una jubilación voluntaria. Pero esa opción es para
quienes hasta este año no hayan cumplido los 70.
Guerra ya
tiene 71. Se sienta en su oficina con su camisa a cuadros, una de sus
favoritas, y con dos bolígrafos en su bolsillo. “Ante la situación, uno debe
disimular lo que siente y decir en la casa que se trata de una nueva etapa”,
expresa, y confiesa que muchos de sus compañeros han derramado lágrimas de
despedida.
La semana
pasada, a la Universidad Central del Ecuador (UCE) llegaron docentes de Brasil,
Cuba y Colombia para hablar sobre las problemáticas de la educación superior.
Uno de los ejes del conversatorio fue la jubilación voluntaria. En el acto, el
representante de la Universidad de Brasil afirmó haber impulsado un plan de
conservación del docente valioso. Tras la emisión de un reglamento de educación
superior similar al de Ecuador, los docentes con méritos continúan impartiendo
sus cátedras como invitados o en calidad de honorarios.
Enrique
Santos, vocal del CES, señaló que al menos en el sector público se considera
que los jubilados podrían estar como honorarios por dos años.
Clímaco
Egas, vicerrector académico de la UCE, dice que esa regulación en Brasil la
realizó un organismo independiente y que debería ser seriamente analizado
también en el país. “No hay docentes disponibles con la suficiente experiencia
y con las mismas capacidades que tienen los que se van. Es importante que la
Educación Superior se renueve, pero se debe garantizar la calidad. Son maestros
respetados”.
“Se nos
considera ancianos. Dicen que nos darán los beneficios de ley con la jubilación
pero todo hasta ahora está solo en el papel”, dice Miguel Parreño, docente y
jefe de Análisis instrumental y de Petróleos de la Politécnica.
Parreño ha
impartido clases durante 40 años. Es padre de dos hijos. Uno de ellos es
ingeniero electrónico y dicta clases en el Tecnológico de Monterrey. “Aquí
buscó empleo luego de su masterado, pero allá fue valorado”.
René
Ramírez, presidente del CES, indicó que para los pagos de las jubilaciones y
beneficios que deberán recibir los docentes se dispone de USD 60 millones. USD
14 millones serán para los 800 que saldrán hasta febrero, de universidades
públicas de categoría A. Las demás deberán hacerlo a través del Banco del
Estado.
58 años es el promedio
El
Reglamento de Escalafón Docente fue aprobado el pasado 31 de octubre,
con nueve votos a favor de los 10 miembros del Consejo de
Educación Superior.
Aproximadamente
800 docentes universitarios deberán jubilarse hasta febrero. La mayoría
se concentra en la Universidad Central del Ecuador,
Politécnica Nacional, Técnica de Ambato y de Guayaquil.
El sueldo
mínimo de un profesor universitario es de USD 1 875 al
mes, según la escala remunerativa oficial. 58 años es la edad
promedio del docente universitario en el país, el cual debe jubilarse a los
70 años, según las nuevas normas en vigencia.
NOTICIA
EL COMERCIO
Diario
Independiente
Pamela
Parra – Quito
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